Para poder establecer esta estrategia de evaluación, es necesario definir lo siguiente:
a. Identificar errores comunes entre el estudiantado
Al momento de observar el desempeño del grupo o revisar entregables del estudiantado es posible que el profesorado pueda comenzar a detectar patrones en errores o fallas que se repitan de manera continua entre diferentes estudiantes.
b. Priorizar
Definir aquellos aspectos más importantes y centrarse solo en ellos. Es posible que al realizar revisiones se identifiquen una gran variedad de aspectos, desde cuestiones de fondo como de forma, por lo que es recomendable tener claridad de lo esencial para enfocar la retroalimentación en ello.
c. Definir el formato de la retroalimentación grupal
El profesorado puede establecer el mejor momento y medio para brindar los comentarios dirigidos al grupo, por ejemplo, dedicar unos minutos durante la próxima clase en vivo, entregar los comentarios por escrito a través de la plataforma LMS o incluso realizar un video en donde pueda apoyarse de una presentación de PowerPoint donde muestre los principales puntos y que el estudiantado pueda ver de manera asíncrona.
d. Repasar los objetivos de aprendizaje definidos
Lo más probable es que, si el profesorado ha declarado desde el inicio los objetivos de un tema o de una unidad, los estudiantes tiendan a olvidarlos o pasarlos por alto al momento de realizar las actividades. Es importante reforzar con el grupo los propósitos educativos que se tienen al realizar alguna actividad y partir de ellos para brindar la retroalimentación, pues estos objetivos son los que deben guiarles hacia lo que se espera lograr.
e. Brindar comentarios específicos
Un error común al brindar retroalimentación a todo el grupo es emitir comentarios demasiado generales de tipo “lo están haciendo bien” o “parece que no han quedado claros algunos conceptos”. Es importante focalizar la retroalimentación en aspectos concretos, bien sean fortalezas o áreas de oportunidad. En lugar de “lo están haciendo bien”, podrían explicarse aquellos elementos en donde el grupo ha logrado el nivel deseable por ejemplo, “todos han identificado adecuadamente las fortalezas y debilidades al realizar el análisis FODA” mientras que al destacar las áreas de oportunidad podrían mencionarse aspectos también muy específicos, por ejemplo “en su mayoría hay confusión entre las oportunidades y amenazas, y en algunas ocasiones al describir amenazas lo que han detectado son más bien debilidades puesto que son internas de la empresa y no externas a esta”.
f. Ejemplificar lo que significa el éxito
Los criterios de éxito ayudan a los alumnos a tener modelos mentales de lo que se espera como un nivel adecuado de desempeño o logro. A través de criterios bien declarados y ejemplos que ayuden a ilustrar lo esperado, por ejemplo, modelos de trabajos excelentes, e incluso contraejemplos que muestren las divergencias de lo esperado, pueden ser muy útiles para garantizar que el estudiantado comprenda plenamente en qué punto se encuentra y qué podría mejorar. En este punto puede ser importante que los ejemplos y contraejemplos puedan ser anónimos, es decir, no declarar abiertamente a qué estudiante corresponde para no exponerle ante el grupo, o bien utilizar contraejemplos ajenos al estudiantado (pueden ser contraejemplos creados por el propio docente o de experiencias pasadas que también sean anónimos).
g. Abrir espacio para el diálogo
Si bien el proceso de retroalimentación es el momento en el que el profesorado emite comentarios hacia el estudiantado. En la retroalimentación grupal, es idóneo que haya espacio para que los estudiantes de manera voluntaria puedan expresar dudas, solicitar mayor clarificación en aquellos aspectos que se hayan destacado en la retroalimentación, o bien simplemente puedan compartir con el profesorado y el grupo aspectos como los principales retos para lograr el nivel deseado, etc. Abrir el diálogo también hacia las razones o procesos de pensamiento que llevaron al grupo a un determinado resultado puede ser enriquecedor para todo el grupo.
h. Aprovechar las áreas de oportunidad grupales más allá de la simple retroalimentación
Es importante que, a partir de las áreas de oportunidad detectadas en el grupo, el profesorado pueda encaminar siguientes pasos en el grupo fortaleciendo aquello que aún no ha quedado claro en el estudiantado. Esto puede hacerse en diversas formas:
a) Desarrollar recursos de apoyo o refuerzo, por ejemplo, un video que profundice o clarifique con mayor detalle.
b) Abrir sesiones de asesoría específica sobre los puntos concretos que han sido retroalimentados.
c) Ajustando las sesiones posteriores para ampliar un tema o fortalecer algún procedimiento con mayor práctica.
La retroalimentación grupal es también conocida como whole-class feedback. Diversas personas utilizan como apoyo a esta estrategia algunas herramientas o formatos que permiten al profesorado documentar para sí mismo y posteriormente poder compartir con el grupo los puntos deseados de retroalimentación. Si bien, el utilizar algún formato no es estrictamente necesario para aplicar esta estrategia, para algunas y algunos docentes puede resultar de gran utilidad. Se comparte a continuación un video que describe el uso de algunos de estos formatos.