¿Qué es la retroalimentación?
La retroalimentación se puede entender como la expresión de opiniones o bien juicios fundamentados en el proceso de enseñanza - aprendizaje de los estudiantes; dando lugar a sus aciertos, errores, fortalezas y debilidades; para así convertirse en una guía formativa en su trayectoria personal y profesional (Scott, 2014).
Ahora bien, para que la retroalimentación, pueda ser vista como una estrategia formativa; debe ser manejada como un instrumento de comunicación durante la impartición de clases (modalidad presencial, línea o híbrida). Esta comunicación debe ser descriptiva, continua y que facilite el flujo de información al estudiante o al grupo, de tal forma que se tengan claros los avances y/o progresos (inicio, durante y final) de los procesos de enseñanza y de aprendizaje (Mogollón, 2004).
La retroalimentación, durante la impartición de clases en cualquier modalidad, se convierte en un proceso de “dar y recibir” entre alumno - profesor o bien, alumno - alumno; dando lugar a un ciclo de interacciones que permiten la construcción del conocimiento de cada individuo, es decir, se convierte en un proceso sistemático orientado a valorar los logros de las personas que en él intervienen, así también permite fomentar la apropiación y transformación del conocimiento por medio de un proceso metacognitivo del individuo (Barrero, 2001; Goldrine & Rojas, 2007), trayendo como beneficio el crecimiento personal y profesional de este.